Esta semana, han coincidido varios casos en la clínica de niños de 2 y 3 años con caries. De los cinco casos nuevos que he tenido, todos tienen dos factores comunes:

1. La higiene se realiza desde hace poco tiempo, de forma no constante y a veces el niño es el encargado de hacerla por sí solo

2. Todos toman un biberón para irse a dormir.

El resultado es que cuando les digo a los padres que las manchas y el color que tienen los dientes y los molares de sus hijos es caries, algunos lo ven imposible.

¿Cómo es posible que un niño de 1 ó 2 años, tan pequeño tenga caries, si no come chucherías?…

Por la noche no tragamos saliva, ni hablamos, por lo que la función de arrastre de alimentos o líquidos que se queda en la boca no se realiza.

Si nosotros lavamos la boca de nuestros hijos después de la cena, pero los hemos acostumbrado a tomar un biberón justo en la cama para dormirse, les aseguro que la leche que están tomando se queda parte en la boca. ¿Qué pasa entonces? la leche se va a deshacer o fermentar en la boca, donde hay gérmenes que pueden descomponerla y con mucha probabilidad ese líquido va a estar las 8-9 horas que está su hijo durmiendo.
A veces se les da otro biberón por la noche, con lo que aumentamos el líquido que se degrada.

Tenemos pues un líquido que es la leche en la boca durante muchas horas al día, y éste es uno de los factores que contribuye a la formación de caries en niños menores de 5 años.

No hablo aquí de cómo hay que tratar estas caries, dependerá de cada niño, de si hay o no colaboración y del  número de piezas que estén afectadas.

Por supuesto, mi recomendación siempre es que el biberón de leche se de en el sillón antes de ir a la cama, de modo que se limpien los dientes antes de dormir (eso hice yo con mi hija Daniela hasta casi los 6 años, y no ha tenido nunca caries).